GLAMOUR LATINO

Cuando la música clásica se contonea al son de los ritmos caribeños’

EL ESPECTÁCULO

Un compromiso musical, coreográfico e interpretativo entre la fogosidad de los ritmos latinos y la elegancia de la música clásica que llevará al público a un estado de euforia estremecedora.
Con un vestuario repleto de color y brillo que realza las siluetas de los bailarines creando un juego seductor a través de su interpretación y las distintas coreografías: en dúos apasionados, en tríos insinuantes y en su vertiente más dinámica de grupo bailando al son cubano, al compás de una rumba, al ritmo de una guajira, un cha-cha-cha, o al arrojo del mambo y la salsa, entre otros.
En este amplio abanico de ritmos latinos no pueden faltar el soporte instrumental de la percusión en vivo con maracas, panderetas, cajones, silbatos de samba, taconeo… 
La 5ª Sinfonía de Beethoven fusionada con los ritmos cubanos de la salsa provocan un estallido final que, a modo de fuegos artificiales, se extiende por todo el auditorio incitando al público a bailar, a no contenerse, consiguiendo que el espectador, cuando abandone su localidad, salga contento y bienhumorado, con la sensación de haberse sentido protagonista de una experiencia inolvidable. 
EL ESPECTÁCULO

Un compromiso musical, coreográfico e interpretativo entre la fogosidad de los ritmos latinos y la elegancia de la música clásica que llevará al público a un estado de euforia estremecedora.
Con un vestuario repleto de color y brillo que realza las siluetas de los bailarines creando un juego seductor a través de su interpretación y las distintas coreografías: en dúos apasionados, en tríos insinuantes y en su vertiente más dinámica de grupo bailando al son cubano, al compás de una rumba, al ritmo de una guajira, un cha-cha-cha, o al arrojo del mambo y la salsa, entre otros.
En este amplio abanico de ritmos latinos no pueden faltar el soporte instrumental de la percusión en vivo con maracas, panderetas, cajones, silbatos de samba, taconeo…
La 5ª Sinfonía de Beethoven fusionada con los ritmos cubanos de la salsa provocan un estallido final que, a modo de fuegos artificiales, se extiende por todo el auditorio incitando al público a bailar, a no contenerse, consiguiendo que el espectador, cuando abandone su localidad, salga contento y bienhumorado, con la sensación de haberse sentido protagonista de una experiencia inolvidable.